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Así es como las mujeres consiguieron el derecho al voto en México

El voto de las mujeres no siempre fue una realidad en México. Después de una larga lucha por sus derechos, hoy en día las mujeres son libres de votar.

El próximo domingo 2 de junio se llevarán a cabo las elecciones presidenciales, y su relevancia es innegable. Más allá de lo que representa este acto democrático, cabe destacar que es un evento histórico y sin precedentes en México. En estas elecciones, dos mujeres y un hombre compiten por el cargo político más importante del país.

Este hecho es un hito, no solo porque dos mujeres están en la boleta electoral, sino también porque ambas lideran las encuestas previas. Sin embargo, en un momento como este, es fácil olvidar que las elecciones no siempre fueron así. Parte de la lucha del movimiento feminista se centró en los siglos XIX y XX con el objetivo de lograr el sufragio femenino.

Por eso, en Marie Claire México hemos realizado un breve viaje a la historia para recordar cómo se logró el reconocimiento del derecho al voto de las mujeres en México.

El nacimiento de los movimientos sufragistas

La historia se remonta a 1791, cuando Olympe de Gouges reclamó la igualdad de derechos políticos para las mujeres en la «Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana». Lamentablemente, fue llevada al tribunal revolucionario en 1793 y condenada a muerte.

Sin embargo, el movimiento sufragista se reconoce formalmente en 1848 con el «Manifiesto de Seneca Falls», la primera convención por los derechos de la mujer en Estados Unidos.

Nueva Zelanda fue el primer país en autorizar el voto a las mujeres mayores de 21 años, el 19 de septiembre de 1893. Kate Sheppard lideró el movimiento sufragista que logró este primer avance, pero no fue hasta 1919 que también pudieron participar en contiendas.

En Inglaterra, las protestas y huelgas del movimiento feminista resultaron en arrestos y violencia, ya que muchas participaban en huelgas de hambre. Finalmente, lograron el derecho al voto en 1918, aunque con requisitos de edad y propiedad.

Yucatán, tierra clave para el voto de las mujeres en México

Podría pensarse que estos acontecimientos, al ocurrir a cientos o miles de kilómetros de distancia, no tendrían repercusión en México, pero la realidad es otra. A través de revistas femeninas se compartían ensayos sobre temas de sociedad y política.

Laureana Wright y Mateana Murguía comenzaron a publicar el primer semanario feminista en México, llamado «Violetas del Anáhuac». Al mismo tiempo, Hermila Galindo y Artemisa Sáenz escribían sobre la importancia del voto femenino en el semanario «Mujer Moderna».

Esto desembocó en la organización del Primer Congreso Feminista de Yucatán en 1916, llevado a cabo en el Teatro José Peón Contreras en Mérida, impulsado por Felipe Carrillo Puerto y el general Salvador Alvarado, gobernador de Yucatán.

La mayoría de las asistentes eran maestras, ya que esta era una de las pocas profesiones disponibles para las mujeres en ese momento. Se discutieron temas relacionados con la democracia, la igualdad de salarios, la educación y la participación activa en la vida política.

Ese mismo año, Hermila Galindo escribió al Congreso Constituyente en Querétaro: «No existe razón fundamental para que la mujer no participe en la política de su país, pues sus derechos naturales son indistintos a los del hombre».

Mujeres en la política mexicana

Galindo fue la primera mujer en postularse como candidata a un cargo público, y después de ella llegaron figuras como Rosa Torre González, primera regidora en México, y Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche y Raquel Dzib Cicero, primeras mujeres electas diputadas al Congreso del Estado de Yucatán.

El derecho al voto de la mujer comenzó a materializarse bajo el mandato de Lázaro Cárdenas, quien priorizó la reforma al artículo 34 de la Constitución, solicitando el derecho de la mujer a votar y obtener cargos de elección popular.

La reforma fue aprobada en ambas Cámaras del poder legislativo, pero no fue hasta 1953 que Adolfo Ruiz Cortines promulgó esta reforma y se publicó en el Diario Oficial de la Federación.

La democracia como una actividad siempre perfectible

Aunque la Constitución Mexicana garantiza el derecho al voto de las mujeres, siempre se puede mejorar la democracia. Con el concepto de la interseccionalidad surgen nuevos desafíos, como la inclusión de mujeres indígenas o de la comunidad trans en la vida política.

Aunque ya se ha ganado el reconocimiento del derecho al voto, la lucha de las mujeres en México continúa. Hoy en día es más común ver a lo largo y ancho del país candidatas a diferentes cargos, incluso a la presidencia. La búsqueda de la igualdad en derechos y la seguridad de las mujeres sigue siendo una prioridad dentro del movimiento feminista.

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